Una electrolinera cada 60 km, como poco

El Parlamento Europeo ha fijado su postura ante una propuesta legislativa, impulsada por la Comisión, que pretende reducir un 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030. 

Los eurodiputados quieren que en el territorio de la UE haya, como mínimo, un punto de recarga para vehículos eléctricos cada 60 km y otro de repostaje de hidrógeno, cada 100, según aprobó el pleno de la Eurocámara celebrado el 19 de octubre. 

Esta red de electrolineras debería estar operativa en 2026 y la de hidrogeneras, en 2028. Unas y otras tendrán que ofrecer un sistema de pago fácil y el precio deberá ser asequible y comparable. 

El traslado por carretera produce la quinta parte de las emisiones de CO2. De ahí el interés en fomentar el uso de motores que contribuyan a la descarbonización. 

Pocos puntos de recarga

Las principales alternativas a la gasolina y al gasóleo, las tecnologías basadas en la electricidad, el hidrógeno, los biocombustibles, los basados en el gas natural, etc., aún son muy incipientes. Se calcula que sólo alrededor del 5% de los vehículos que circulan hoy en la Europa de los 27 utilizan fuentes de energías alternativas a los combustibles tradicionales o compaginan éstos con la electricidad (los híbridos). Hay 4,4 millones de eléctricos en la UE. 

En España la suma de eléctricos e híbridos no llega a los 200.000, en un parque automovilístico que roza los 30 millones.  

La ampliación de la red de electrolineras es crucial, si se quiere potenciar el vehículo eléctrico. En la Unión Europea hay 360.000 puntos de recarga, pero la mayoría se localizan en unos cuantos países: Holanda, Alemania, Francia, Italia y Suecia

Veinte mil millones

El otro instrumento con el que las autoridades europeas confían en lanzar los vehículos de cero emisiones es la financiación. El plan de recuperación de la UE para combatir los efectos de la Covid-19 (Next Generation) incluye 20.000 millones de euros para impulsar las ventas de vehículos limpios.